
DOSSIER
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Algunos de los artistas que indagan la identidad y la textura del ser nacional, desde una mirada personal en la que confluye la gestión de la memoria y una comprensión crítica, encontramos a Julia Zurilla, con sus videos, en los que textos e imágenes construyen narraciones indefinibles, en los que la palabra opera como figura y se reinscribe una crónica del presente, iluminada de pasado, en la que un tejido de fragmentos proponen una multiplicidad de sentidos que tensa un significado que se guarda siempre como secreto: una memoria velada, escurridiza.
Sandra PINARDI, Lenguaje y vocación política en el arte contemporáneo. Sala Mendoza 2016.
Trascendiendo de lo real a lo insólito, el vídeo Horizonte perdido (2015) de Julia Zurilla (Caracas, 1967) yuxtapone la imagen de Caracas y su fachada invisible al Mar Caribe, oculto detrás de la imponente montaña que resguarda la ciudad. Una visión plácida pero inquietante que transforma el valle caraqueño -ese reiterado “lugar común” del paisajismo venezolano- en una costa. La escena tiene un aspecto diluvial, familiar y extraño a la vez, como si el episodio de Amalivaca que reseña el origen según los indios Tamanaco se produjera nuevamente, ahora al pie del Avila como testigo. En esa vuelta al principio, acaso el presunto final de los despropósitos de la nación, nada hay donde antes hubo una ciudad de asfalto y concreto, excepto las aguas que pasan lentamente y el gigante tectónico que le sirve de horizonte. ¿Devenir onírico? ¿Destino amenazado? ¿Dialéctica o eterno retorno? Quién sabe qué presagios encierra la marea indetenible de los tiempos.
Felix SUAZO, Compendio de mareas o el preludio de las catástrofes. Tráfico Visual, 2016
Quizás una de las obras mas importantes del salón nos la ofrece un pasiaje en video desde Jóse. Julia Zurilla Jiménez nos presenta un enorme paisaje nocturno y global, las inmediaciones de una refinería planetaria son atravesadas a toda velocidad por grandes camiones precedidos por sus faros, frente a esta situación desangelada, la reflexión se hace cruda y literaria, el problema de fondo conduce a las raíces de la identidad y el diálogo entre la generación pertinente y la transhumante.
William NIÑO ARAQUE, Persistencia del paisaje. Galería de Arte Nacional, 2003
Viajero (2003) es un video experimental de muy corta duración que, en palabras de su autora, Julia Zurilla, guarda en su interior escencialmente pretensions cinematográficas. Este “territorio videográfico” deriva de los encuentros y relaciones entre fragmentos panorámicos y textos confesionales. La imagen recorre, desde algún lugar estratégico de la carretera, un impactante paisaje nocturne de la zona oriental de Venezuela, iluminado por millares de resplandecientes destellos luminosos que provienen de un complejo monumental de magnitudes heroicas. Es el Complejo Criogénico de Jóse, una de las mas grandes plantas fraccionadoras de gas del planeta, principal fuente de trabajo d ela region y muestra fehaciente de la potencionalidad petroquímica del lugar. Sobre esta perturbadora vision que, de alguna manera, evoca nuestra simbólicay opulenta dependencia, se yuxtapone el pensamiento, para tornarse en un discurso que alegoriza un sentido de pertenencia enraizado en los ambiguous territories de la identidad.
Ruth AUERBACH Construyendo señales: videos y cortos de Venezuela. British Council-Sala Mendoza, 2004.
En la categoría Arte Pensamiento, se recogen los trabajos de aquellos artistas centrados en reflexionar sobre las contingencias discursivas actuales pero desde una mirada que respire ideas del discurso conceptual de los años setenta. Se presentan aquí obras de: Sigfredo Chacón, Alí González, Roberto Obregón, David Palacios, Juan Carlos Rodríguez, Alfred Wenemoser y Julia Zurilla. Esta última propone en el video Cuentos escogidos, fragmentos de historias de Horacio Quiroga con los que construye un discurso que enfatiza ciertas frases y diálogos, a través de un juego con el tiempo de la narración. Zurilla reconstruye así un nuevo relato que le permite elaborar nuevas lecturas sobre los textos, tal como Godard lo hace con los jump cuts de una secuencia. Esto es producido por el cineasta francés, cuando al insertar una dislocación narrativa estimula muchas veces en el espectador una nueva lectura, por el tratamiento gramatical de la secuencia, al emplear recursos como el cambio de angulación del plano o la alteración del ritmo de esos cambios de la imagen.
Mónica NÚÑEZ LUIS, La influencia de Jean-Luc Godard en artistas actuales de Venezuela. ArteContexto Madrid, 2005